Video

Gente subo el video "Comunicación de los mensajes a los sentidos". Saludos. Gonzalo


Renovación

Gente esto se renueva para darle vida a tantos temas que son interesantes y, a la vez, tan necesarios para nuestra carrera.
Con esto se propone retomar la idea del creador del blog (Seba Barrios) y proponer que realmente creemos un espacio de intercambio de nuestras producciones.
Por eso los invito a seguir "colgando" el material que tengamos a fin de facilitarnos el estudio y, al mismo tiempo, compartir con la web las cosas que vamos haciendo.
Por otro lado, ya está el video que hizo furor en la clase del jueves 30 de octubre en Enfoqe.

Gracias, Gonzalo.

Concepto de Sentido Común

SENTIDO COMÚN

Existen varias acepciones de “sentido común”. Entre ellas, podemos citar aquella que lo define como el conjunto de los saberes ordinarios que suscribe una colectividad en un tiempo y un lugar dados; conjunto que sería superado por aquellos saberes más refinados y completos del conocimiento científico.
También se concibe al sentido común como una manera de ver el mundo o bien aquella “mentalidad” o “ideología” que las estructuras sociales y culturales vigentes les imponen a los individuos de un modo inconsciente e involuntario. Teniendo en cuenta estas definiciones, el sentido común es siempre una mentalidad culturalmente acotada y cambiante, según las circunstancias y los contextos socio-históricos en que nos ubiquemos.
Otras veces, se lo identifica con el “buen sentido” o “buen juicio”, “sensatez” o “razonabilidad”. De esta forma, el sentido común es siempre bien ponderado y es algo valorado por encima del conocimiento científico o de los juicios de los sabios, los intelectuales o los filósofos y científicos. Mientras que en cuanto ideología dominante o saber ordinario, el sentido común es despreciado y considerado “inferior” al saber o conocimiento científico.

La filosofía del sentido común

El escocés Thomas Reid (1711-1796) fue el filosófo moderno más interesado en la temática del sentido común y quizás al auténtico “padre” o fundador de la moderna filosofía del sentido común. Según esta teoría, en última instancia, el sentido común sería madura, oportuna y atinada capacidad de juicio; sensatez o sentido común “sensato”, mientras que en principio o en primera instancia, sería la forma específicamente humana de percibir el mundo y de entenderlo y actuar en él.
Esto se deriva de que en su teoría, Reid afirmaba que, en principio, el sentido común es la forma específicamente humana de percibir el mundo, y también de entenderlo y de actuar en él. Pero a partir de esta forma quedaría en claro que los mecanismos con los que “funcionamos” en nuestro contexto mundano son algo más que principios de interpretación de lo percibido, lo recordado o lo pensado -inferido racionalmente o imaginado-. La interpretación, en efecto, sería una de las instancias posibles de ese juicio o enjuiciamiento de todo lo que hacemos, percibimos, recordamos, razonamos o imaginamos o concebimos. En última instancia, los principios del sentido común son principios para juzgar, para enjuiciar. Un juicio es, en rigor, el veredicto o sentencia que emitimos ante la ponderación de evidencias de diferentes clases -perceptibles, memorísticas o racionales- y con la ayuda de un código de principios para juzgar que es, en principio, cultural, pero es, a final de cuentas, el propio de nuestra especie humana en tanto que primeros principios del sentido común “común” a todos nosotros como seres humanos.


El sentido común en la investigación científica

Si nos referimos al papel del sentido común en la investigación científica, natural o social, podríamos pensar que no es un mero telón de fondo a eliminar ya que no se debe confundir al sentido común con cosas tales como el saber ordinario, las visiones simplistas del mundo o de la vida o las mentalidades culturalmente impuestas a los individuos de determinados momentos y lugares. El papel del sentido común en la investigación científica es el de hacer valer en ella la sensatez; la madura, oportuna y atinada capacidad de juicio; la razonabilidad. Con plena independencia de sus teorías y programas de investigación, los científicos asumen tácita y permanentemente ciertos principios “de sentido común” que son aquellos mismos que les permiten continuar haciendo ciencia.
Es preciso tomar en cuenta que los principios del sentido común tienen siempre una expresión cultural e históricamente acotada, y por lo tanto, una formulación vaga, parcial y perfectible.


El sentido común en Gramsci

Para Gramsci el sentido común es una concepción del mundo que se le impone a los sujetos desde el exterior por los diferentes grupos sociales en los que están insertos.
Él llama sentido común de la gente, al modo común de pensar de la sociedad civil (pueblo o habitantes de un determinado país) que históricamente prevalece entre sus miembros. De esta manera, existen muchos sentidos comunes, es decir muchas concepciones del mundo diferentes, y no se puede hablar de un único sentido común por su carácter histórico e ideológico.
Los sujetos están, desde su nacimiento, insertos en el sentido común, por lo que se les presenta como natural; y quedan posicionados en una actitud de pasividad frente al mundo por la concepción estática que tienen de la realidad.

Según Gramsci, para imponer un cambio ideológico es necesario comenzar por lograr la modificación del modo de pensar de la sociedad civil a través de pequeños cambios realizados en el tiempo en el campo de la cultura. Para ello, hay que construir un nuevo pensamiento, esto es, un sentido común que sustente la hegemonía de la cultura dominante. Para Gramsci lograr que la sociedad civil alcanzara un nuevo modo de “ver la vida y sus valores”, es más importante y prioritario que alcanzar el dominio de la sociedad política (conjunto de organismos que ejercen el poder desde los campos jurídico, político y militar).

El sentido común opera como un sustento de la hegemonía que les permite a las clases populares insertarse en la cultura dominante. Es en el contenido del mismo del sentido común donde se puede ver la influencia de la ideología dominante, ya que en él se encuentran sedimentados diferentes elementos de etapas históricas y clases diferentes, elementos heterogéneos que poco tienen que ver con las condiciones reales de existencia.

FUENTES:
- http://www.conocimientoysociedad.com/sentidocomun.html:
HERNANDEZ PRADO, José. “El papel del sentido común en la investigación científico social”. Conferencia dictada en la Universidad Mesoamericana. Oaxaca. 24 de mayo de 2001.
- GRAMSCI, Antonio. “Introducción a la filosofía de la praxis”

Programa 2008

PROGRAMA DE CÁTEDRA PROBLEMAS CONTEMPORÁNEOS
MÓDULO COMUNICACIÓN COMUNITARIA Y ORGANIZACIONAL
LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL.
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN.
UNER

Año Académico: 2008

Profesora: Lic. Karina Arach Minella


Fundamentación

El presente seminario parte de la premisa de que la comunicación es una perspectiva de abordaje para cualquier práctica social, no sólo para su análisis sino también para la construcción de un modo de intervención que tenga como telos el cambio de una situación dada, es decir de la transformación de las significaciones dominantes en su vinculación con los sentidos compartidos. De tal modo, que esta forma de intervención supone la planificación de la acción y, al mismo tiempo, de políticas y de estrategias de gestión de la comunicación en el marco de las organizaciones, públicas y privadas, de la sociedad civil.
Desde ese horizonte, el seminario propone un recorrido por las modalidades que tal acción transformadora puede asumir en la compleja realidad de las instituciones y sus complejas formas modernas (control, poder, gestión, consenso-disenso, cambio, jerarquización, etc.) en el marco de una comunidad que existe en un momento histórico determinado. Desde lo metodológico se apela a la construcción de “un caso”, a partir de una experiencia en terreno que permita proponer un proyecto de transformación posible (factible y deseable) en una organización. Esto es reconocer las características y problemáticas propias con el fin de elaborar una propuesta que de cuenta de los tres momentos básicos de la gestión de la comunicación: diagnóstico-planificación-implementación del cambio.
En otras palabras, la propuesta es contribuir en la formación de comunicadores que puedan intervenir en organizaciones colaborando con los agentes para que reconozcan sus procesos de significación, identificando regularidades, experiencias, percepciones y sentidos comunes. Pero también, que los futuros profesionales sean capaces de producir modos de intervención que favorezcan los cambios que los distintos actores organizacionales reclaman y que se hacen visibles en conflictos de diferentes magnitudes.
Sin embargo, no se trata de pensar al conflicto como evitable o “erradicable”, sino mas bien reconocerlo como un principio inmanente de la comunicación y, por tanto constitutivo de todo grupo o red. No se puede pensar la comunicación sino a través de las asimetrías y brechas significativas existentes entre los distintos momentos del proceso comunicativo. En las instituciones, el comunicador organizacional trabaja, haciendo manifiesto los conflictos latentes, para que puedan ser reconocidos por los actores y de esta manera producir nuevos sentidos compartidos que instituyan nuevas formas relacionales en la articulación de las posiciones antagónicas. Ahora bien, este tipo de práctica sólo es posible en organizaciones que procuren gestión participativa, lo que implica responsabilidad y compromiso pero también reconocimiento del otro y delegación de decisiones.
De esta manera, el seminario pretende brindar los conocimientos y herramientas metodológicas imprescindibles para una aproximación competente al reconocimiento de las organizaciones analizando en sus comunidades: prácticas y materiales culturales, sus necesidades, sus vínculos, sus valores, sus creencias, sus reglas, sus límites, las relaciones de poder, entre otros aspectos constitutivos. En este sentido, para este seminario que la comunicación comunitaria es un modo de interpelar a los sujetos sociales, también se trata de un modo de intervenir y, por tanto, modificar las condiciones de su existencia, en un sentido material.
Por último, vale como aclaración que la comunicación comunitaria y la comunicación organizacional son campos de problematización diferentes, este seminario propone un modo de abordaje en el cual convergen en horizontes similares que se entrecruzan y se implican mutuamente. De ahí que uno de los propósitos centrales de este seminario sea poner de manifiesto tal implicancia a partir de la construcción de un caso.

Objetivos

Incentivar la capacidad crítica de los estudiantes a partir de la lectura de los principales debates del campo de la comunicación comunitaria y organizacional.
Aproximar a los estudiantes a las prácticas concretas a partir del estudio de experiencias de comunicación organizacional (caso).
Favorecer la apropiación de las principales etapas de intervención en los procesos comunicacionales -diagnosticar, planificar, implementar, monitorear y evaluar- en las organizaciones.
Facilitar herramientas, conceptos y técnicas de abordaje en la realización de diagnósticos ajustados y propuestas factibles para la consecución de cambio esperados.
Promover un trabajo comprometido de los estudiantes con las organizaciones escogidas como lugares de experiencia formativa.
Estimular una actitud observadora, abierta al diálogo y responsable de los estudiantes, en tanto analistas y agentes de promoción y/o asesoramiento comunicacional en grupos, organizaciones e instituciones.

Contenido Programático

UNIDAD I: Aproximación conceptual a la perspectiva de la comunicación comunitaria y organizacional.
Hegemonía, significados dominantes y regularidades. Relaciones de poder. Campos de lucha. Hábitus y Agentes institucionales. La construcción social de significados. El grupo, la comunidad y la cultura. El colectivo. Lo comunitario como dimensión de la vida social y como condición de la comunicación. La comunicación: del producto al proceso, del mensaje a los sentidos. Los proceso de comunicación en el ámbito de la organización y de la comunidad. La comunicación organizacional desde la perspectiva difusionista: redes de comunicación; la circulación de información sus vínculos y niveles; coherencia y cohesión como variables de éxito.
Metodológicos
El proceso de intervención: herramientas metodológicas para diagnóstico-planificación- implementación.
La etnografía como modo de abordaje de la comunidad: observación participante. Distintos modelos de consultoría para la intervención en el campo de las organizaciones. Las necesidades organizacional e institucional. Construcción y planificación de la demanda institucional. Contrato de servicio

UNIDAD II: La organización como ámbito de la tarea profesional.
La organización moderna ¿órganismo o máquina?. Dimensiones, relaciones y condiciones de producción. Formación y mantenimiento de grupos de trabajo. Distribución de roles. Diagramas y organigramas: organización formal, funcional e imaginario. Las jerarquías organizacionales.
Configuración de la cultura organizacional. Identidades. Las relaciones interpersonales y redes. Componentes. Rasgos principales. El imaginario institucional. Las normas, el poder y el orden instituido. Estilos de gestión y organización.
El diseños organizacional. Los procesos organizacionales. Los mensajes organizacionales y los guardianes el orden. Nivel de pertenencia en organizaciones abiertas y estructuradas.
Metodológicos
Análisis organizacional e institucional. Diagnóstico y autodiagnóstico. Conceptos. Etapas. Técnicas de diagnóstico (colectivo-participativo-experto). Herramientas y métodos de indagación. Cuestionarios abiertos y cerrados. Definición de problemas y construcción de ejes (de lo manifiesto a lo latente). El trabajo en equipos y las reuniones productivas. La creatividad como estrategia y herramienta de producción del cambio. Los usos de las TIC para la transformación de las redes organizacionales

UNIDAD III: La intervención profesional.
El comunicólogo como actor social. El rol del comunicador social en las organizaciones comunitarias. Intervención, asesoramiento e investigación. Intervención a nivel cultural, producción de consensos e institución de nuevas hegemonías. Práctica de comunicación participativa (metodología). El proceso de consultoría profesional. Los límites de la intervención. El Malestar y el conflicto en las organizaciones. La práctica profesional en las instituciones como transformación política histórica concreta.
Metodológicos
La planificación flexible como herramienta de la gestión. Búsqueda de alternativa: negociación y búsqueda de consenso. Elaboración de estrategias de transformación. Diseño dialógico de objetivos, plan acción, estrategias, criterios de evaluación, y divulgación. La implementación: la hora de la verdad. La gestión del cambio en las organizaciones. La evaluación un momento decisivo.
Evaluación y Promoción
El seminario propone ser un espacio de reflexión y análisis permanente de la tarea profesional que los estudiantes vayan construyendo en el devenir de su práctica. De ahí que la evaluación y la autoevaluación del grupo (docentes y alumnos) sean dos piezas claves en el desarrollo del cursado. Por lo que se propone la promoción de la materia teniendo en cuenta:
ü La participación de los estudiantes en las actividades diseñadas;
ü La necesidad de contar con el 80 por ciento de asistencias a las clases;
ü La entrega de un parcial domiciliario grupal, con la propuesta a desarrollar en la organización escogida y los fundamentos teóricos de su realización;
ü La aprobación de un coloquio final grupal, que será la defensa del recorrido en la organización elegida, a partir de una reflexión escrita.

Bibliografía Obligatoria

§ ALFARO, Rosa María, “¿Participación para que?. Un enfoque político de la participación en comunicación popular.”
§ APUNTE DE CÁTEDRA. Guías de trabajo para la elaboración de un diagnóstico comunicacional.
§ APUNTE DE CÁTEDRA: “De lo micro a la macro”. Cátedra: “Comunicación Comunitaria e Institucional", Departamento de Ciencias de la Información y la Comunicación Social, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue. General Roca, Río Negro, 1996/2001
§ BALAN, Eduardo y Otros “Barrio Galaxia. Manual de comunicación comunitaria”. Edit. Centro Nueva tierra. Buenos Aires, 2002
§ BARTOLI, Annie, Comunicación y Organización, Ediciones Paidos, Barcelona, 1992.
§ COSTA, Joan, “La comunicación en acción”, Ed. Paidós, Barcelona 1999.
§ ETKIN Jorge, SCHVARSTEIN Leonardo, “Identidad de las organizaciones”, Ed. Paidós, -Argentina,1992.
§ ETKIN Jorge, “Gestión de la complejidad en las organizaciones. La estrategia frente a lo imprevisto y lo impensado", Editorial Granica, Sept. 2005.
§ FASANO, Patricia. “Líneas sobre comunicación comunitaria”. 2005
§ FREIRE, PAULO “¿Extensión o Comunicación? La concientización en el medio rural”. Siglo Veintiuno Editores, 22ª edición, 2001
§ GUBER, Rosana. “La Etnografía. Método, campo y reflexividad”. Ed. Norma, Bs As. 2001
§ GUSSI, Alcides Fernando; “Empresas, cultura e sociedade: por una etnografía do capitalismo conemporaneo” en Revista Constelaciones de la comunicación, Año 1 Número 1 Sep. 2000. Fundación Walter Benjamín.
§ HUERGO, Jorge, “El reconocimiento del universo vocabular y la prealimentación de las acciones estratégicas”. Centro de Comunicación/Educación. Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP).
§ KAPLUN, Gabriel. “Seis maneras de pensar la imagen organizacional”. En APORTES de la Comunicación y la Cultura. Nº 10-11 2003-2004.
§ KAPLUN, Gabriel. “Comunicación organizacional: la importancia de los bordes”. Constelaciones.
§ KRIEGER, Mario, “Sociología de las organizaciones”. Ed. Pearson Education s. A., Argentina, 2001
§ QUIROGA, Ana de, “El concepto de grupo y los principios organizadores de la estructura grupal en el pensamiento de E. Pichón-Riviere” (S/I).
§ ROBIROSA, Mario, “La participación en la gestión justificación, malos entendidos, dificultades y estrategias.
§ RODRIGUEZ DE RIVERA, José, “Definiciones de Organización, el concepto de organización”, Universidad de Alcalá, 1988.
§ RODRIGUEZ, Darío; Diagnóstico Organizacional, Ediciones Alfaomega, 3° edición, Méjico, 1999.
§ NSATAGA, Miguel Ángel; “El Enfoque etnográfico de la comunicación” en Revista Constelaciones de la comunicación, Año 1 Número 1 Sep. 2000. Fundación Walter Benjamín.
§ SCHEIN, Edgar, “Consultoría de procesos” Vol. I (segunda edición), editado por ADDISON-WELEY IBEROAMERICANA, E.U.A. 1990.
§ SCHVARSTEIN Leonardo, “Diseño de organizaciones”, Ed. Paidós, Argentina, 2007.
§ SCHVARSTEIN Leonardo, “Psicología social de las organizaciones”, Ed. Paidós, Argentina, 1992.
§ HALL, Stuart. "Encoding and decoding" en Culture, media and language, London, Hutchin­son, 1980 (traducción Silvia Delfi­no).
§ URANGA, Washington, “Planificación y Gestión y Procesos Comunicacionales. Una propuesta académica con la mirada puesta en las prácticas sociales”.
§ VIZER, Eduardo, “LA trama (in)visible de la vida social. Comunicación, sentido y realidad”. Ed. La Crujía. Argentina 2006
§ WILLIAMS, R. “Marxismo y literatura”, Barcelona, Península, 1980.


Bibliografía ampliada

§ ALTSCHUL, Carlos y CARBONELL, Roberto, “Transformando, prácticas de cambio en empresas argentinas”; Ediciones Eudeba, Argentina, 2003.
§ AMATI, Mirta, “La comunicación en los grupos”. Apunte de cátedra. Fac. de Ciencias Sociales. UBA.
§ ANDRADE RODRÍGUEZ, Horacio. "Hacia una definición de la comunicación organizacional", en Fernández Collado, Carlos. "La comunicación en las organizaciones". Edit. Trillas, México,1997.
§ ARACH MINELLA, Karina, “La dialética de una comunicadora organizacional”. Tesis de grado. Facultad de Ciencias de la Educación. UNER. 2005
§ BARBERO, Jesús Martín, “La semiosis de lo social”; “Retos a la investigación de comunicación en América Latina”
§ BELTRÁN S, Luis Ramiro, “Comunicación para el desarrollo en Latinoamérica. Una evaluación sucinta al cabo de cuarenta años”. corresponde al discurso de inauguración de la IV Mesa Redonda sobre Comunicación y Desarrollo organizada por el Instituto para América Latina (IPAL) en Lima, Perú, entre el 23 y el 26 de febrero de 1993.
§ ESPAILLAT NERIS, Margarita, “La comunicación como recurso de sostenibilidad en las Organizaciones No Gubernamentales”. Proyectos Comunicaciones Eje 6. 2004-2005.
§ GUERRINI, Lucía y URANGA, Washington, “La comunicación como estrategia para el desarrollo” en DESARROLLO LOCAL, Jefatura de Gabinetes de Ministros, 2003 Argentina.
§ HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Ana J. “Planificar la comunicación“. (S/I)
§ MARTIN BARBERO, Jesús; De los medios a las mediaciones, Ed. G. Gilli, Barcelona, 1987.
§ MATUS, Carlos; Política, Planificación y Gbierno. ILPES.
§ MURIEL María Luisa y ROTTA, Gilda. "Comunicación Institucional: enfoque social de las relaciones públicas". Edit. Ciespal. Quito, 1980.
§ PFEFFER, Jeffrey, “Organizaciones y teoría de la organización”, Ed. El Ateneo, Argentina, 1982.
§ PICHÓN-RIVIERE, Enrique “El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (1)”, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires.
§ ROBIROSA, CARDARELLI, LAPALMA, “Turbulencia y planificación social, Lineamientos metodológicos de gestión de proyectos sociales desde el Estado”, Ed. UNICEF – SIGLO XXI, España.
§ ROBIROSA, Mario, “La participación en la gestión justificación, malos entendidos, dificultades y estrategias.
§ SCHEIN, Edgar, “Psicología de las organizaciones”, Ed. Prentice Hall Inc Hispanoamericana SA., 3° Edición, México Año 1982.
§ SCHLEMENSON, Alfo, “Análisis organizacional y empresa unipersonal”, Ed. Paidós, Argentina, 1993.
§ URANGA, Washington, “Introducción a la planificación de los procesos comunicacionales. Facultad de Periodismo y Comunicación Social”, UNLP, Mimeo, 1999.

Concepto de Signo-Significacion-Sentido

Signo-Significación-Sentido

Según Roland Barthes la significación se ha convertido en la manera de pensar del mundo moderno. El hombre moderno, el hombre de las ciudades pasa su tiempo “leyendo” imágenes, gestos, comportamientos (por ejemplo, un automóvil comunica el status social de su propietario). El mundo está lleno de signos que la mayor parte de las veces tomamos por informaciones naturales. La significación permite clasificar una enorme masa de hechos y objetos en apariencia anárquicos. Descifrar los signos del mundo quiere decir luchar contra cierta inocencia de los objetos.

La teoría de la significación comienza con Saussure quién separa la lengua del habla. Este autor considera que la lengua es una determinada parte del lenguaje y un conjunto de convenciones adaptadas por el cuerpo social; en tanto que el habla es un acto individual. Saussure estudia le lengua como un sistema de signos. El signo está conformado por concepto e imagen acústica. Saussure reemplaza estos términos por significado y significante. A la vez que cada signo presenta una relación indisoluble entre significado y significante, se relaciona también con otros signos. Las relaciones diferenciales que se establecen en los signos entre si comprende el valor lingüístico que, junto con la relación significado/significante dan como resultado la significación. Para Saussure es mas importante la relación entre signos que la relación significado/ significante dentro de cada signo. Los signos del sistema no remiten a ninguna realidad. La significación en virtual, se da por las relaciones que los signos establecen entre sí.

Bajtin-Voloshinov critican el uso no social de la lengua que realiza Saussure y se oponen a la tesis central que estudia a la lengua como un sistema de signos encerrados en si mismo. Estos autores plantean que todo objeto material puede ser un signo y es en la interacción entre signo y sociedad donde han de generarse los sentidos, sentidos que serán los que constituirán nuestra conciencia. Por ejemplo la conciencia de clases origina una significación determinada. La hoz y el martillo en la insignia de la Unión Soviética no producen la misma significación para los argentinos. A diferencia de Saussure que sostenía que la significación se produce dentro de un sistema virtual, Bajtin-Voloshinov afirman que todo signo tiene una producción social.
Todo signo es material y simbólico al mismo tiempo:
Material porque tiene algún tipo de materialización
Simbólico porque pertenece al mundo social, ideológico.
El significado de un signo lo comprendemos dentro de la sociedad:
El signo tiene
Realidad material = significado
Cultura, sociedad = significante
El signo refleja otra realidad que no es la realidad de las cosas. Donde hay un signo hay ideología. Bajtin/ Voloshinov entienden por signo una valoración del mundo. La ideología se da en el mismo momento en que el hombre arma sus prácticas discursivas. Todo lo ideológico oculta algo que hay que desnaturalizar.

Concepto de Lenguaje

Comunicación (producción social de sentido) = Práctica significativa


Lenguaje:

Emile Benveniste “De la subjetividad en el lenguaje”

Lenguaje: Está en la naturaleza del hombre. Es en y por el lenguaje donde el hombre se constituye como sujeto, porque el lenguaje funda el concepto de Ego (Estatuto lingüístico de la persona)

Charles Sanders Peirce à Signo: Algo que está por algo en algún aspecto o relación para alguien.

Proceso Semiótico (Significación):


representamen----objeto-----interpretante

A partir de los signos el hombre organiza y le da significado al caos

-Primeridad: Algo que tiene posibilidad de existir. Pura cualidad
-Segundidad: La cualidad se encarna en algo y adquiere existencia.
-Terceridad: Convención entre los hombres. Sin ésta no habría proceso semiotico

Signo según se relaciona con su objeto:

Icono Índice Símbolo
Se parece a su objeto Señala a su objeto Relación con su objeto
por uso de la costumbre

Concepto de Comunidad

COMUNIDAD
La Era del Hielo
Cristina Corea & Ignacio Lewkowicz
Ignacio Lewkowicz y Cristina Corea escribieron este texto sobre La Era de Hielo en 2002, coincidiendo con el estreno del film en Argentina. Las ideas allí contenidas fueron ocasión del diseño de varios módulos educativos sobre intervención en desastres, utilizados en cursos de capacitación para maestros de escuelas, e incluidos en versión multimedial en la serie IBIS “Intervención en Desastres: Etica y Complejidad” y luego traducidos al inglés en 2005 por James Shultz y Zelde Espinel como parte de la multimedia IBIS-WPA “Intervention in Disasters: Mental Health Guide”, utilizada durante la intervención en el Tsunami asiático, el huracán Katrina y otros desastres alrededor del mundo.Pero el texto original de Lewkowicz y Corea permanecía inédito. En marzo 2007, a tres años de la trágica muerte de sus autores, se realizó un homenaje en la UBA, en el cual la lectura y análisis del texto fue presentado junto al tributo de Andrea Hellemayer. La sección In memoriam de este número de Aesthethika reúne ambos materiales.

Es la ley de la manada: nos cuidamos entre todos. Así enuncia Manfred, el mamut de la Era de hielo, la dimensión de decisión subjetiva que tienen los cuidados cuando el mundo viviente está amenazado de extinción y no existen instituciones de respaldo que garanticen la supervivencia. Recordemos la escena: Manfred acaba de salvar de la muerte a Diego, el tigre dientes de sable, devenido compañero "ocasional" de Manfred en la misión de salvar a un cachorro humano.
La película es una buena alegoría para pensar nuestras circunstancias: sin instituciones, o decidimos armar nuestra propia manada, o nos extinguimos.La alegoría nos sigue tentando, porque la manada de la Era de hielo no es una manada que se arma bajo el dictado de la naturaleza, sino por pura decisión animal. Se arma cuando Manfred decide arriesgar su vida para salvar a Diego; cuando Sid decide hacerse cargo del “bodoque humano” y cuando Diego decide traicionar a su banda –en rigor, su manada “natural” para proteger a los suyos: Manfred, Sid y el bodoque.
La manada que se arma por decisión subjetiva se sostiene por la decisión de los mutuos cuidados y no por las leyes que dicta la naturaleza -o la institución-. Se diría que los cuidados son las operaciones en las que se sostiene la decisión de integrar la manada. Esos mutuos cuidados, sin embargo, no son recíprocos ni suponen algo así como una semejanza entre los miembros de la manada. Qué cuidar, a quién cuidar, cómo cuidar y quién cuida son operaciones que se implementan bajo la presión de las circunstancias y que dependen, ellas también, de decisiones situacionales precisas y no de mandatos o saberes –así sean instintivos.
El mamut es el animal menos apto para sobrevivir en el hielo; sin embargo, es quien salva a Diego, el tigre, de caer en un río de lava. El menos apto salva al supuestamente más apto: la condición felina de Diego lo habilitaría, naturalmente, a desempeñarse eficazmente en los albores de la glaciación. Pero lo que se obstina en mostrar el film es cómo las decisiones animales contrarían permanentemente los designios naturales.
En la Era de hielo, se viven las circunstancias de una catástrofe. Y para habitar esa catástrofe tres desconocidos que devienen amigos: Sid, Manfred y Diego deciden constituirse como manada. Aquí la distinción entre habitar y sobrevivir es decisiva. Puesto que si se tratara de una mera operación de supervivencia, no sería la alianza de un perezoso con un mamut y un tigre lo más eficaz. En la economía de la supervivencia -dado que se trata de sobrevivir en la glaciación- el primer excluido habría sido el mamut, puesto que es el más inepto. Sin embargo, la película ofrece la curiosa paradoja de que sea el mamut quien enuncie la ley que funda esa heterogénea asociación animal como manada: Nos cuidamos entre todos.
Hay otra indicación de que lo que está en juego entre estos amigos es el habitar y no el sobrevivir: lo que liga a Sid, Manfred y Diego es una misión: reintegrar a su tribu un cachorro humano que se ha extraviado. Curiosa misión esa que los mantiene juntos; curiosa misión esa que los implica en rescatar a un predador -no hay que olvidar aquí que la perspectiva de la narración cinematográfica es animal y no humana-. Al respecto resultan bien interesantes los conflictos éticos que se suscitan entre los camaradas: ¿corresponde o no corresponde rescatar a un futuro predador de tigres y mamuts?
La ardilla encarna en la película la imagen de la pura supervivencia. Obstinada, la ardilla cruza glaciaciones y milenios, tras un único objeto que la impulsa, la bellota, sin ninguna chance de que en ese recorrido asome nada parecido a un destino distinto del suyo. A lo largo de los milenios, la ardilla no establece vínculo alguno; ella sólo corre tras la bellota.
Indudablemente, la tarea de ardilla resulta altamente eficaz desde el punto de vista de la supervivencia; pero es nula en la dimensión de la experiencia.Diego es un personaje paradigmático. En su devenir miembro de la nueva manada, este tigre exhibe las precisas operaciones que lo van constituyendo en situación. Diego primero está haciendo un trabajo: tiene que servirle un lindo bebito como desayuno a su jefe.
Después vacila: en la medida en que avanza su vinculación con los compañeros de la nueva manada –esa manada que en un principio integró sólo como pretexto para lograr la codiciada presa- Diego se encariña, asume responsabilidades, se deja afectar. Y finalmente, cuando las circunstancias apremian y la situación pone en riesgo a la manada que ya asumió que su misión es rescatar al bodoque humano, Diego decide traicionar su identidad de origen para constituirse definitivamente como miembro de la manada advenediza.Llama poderosamente la atención un procedimiento de La Era de hielo: el doblaje (1). En el doblaje no hay traducción, ni adaptación ni interpretación. ¿Qué cosa es esa poderosa entonación que tienen las voces de los protagonistas, voces con una impronta propia, con estilo, con humor, incluso con ironía? Si hay un arte en esa película, ese arte está en las voces; está en haber intuido que es la enunciación la marca propia de todo vínculo constituido en una experiencia. Así la voz, que es el hallazgo genial de la película, es en La Era de hielo el testimonio de que allí se juega la decisión de constituirse en una experiencia: por decisión, la manada advenediza ha sido capaz de otro destino que el suyo.

NOTAS1. Juan Jorge Michel Fariña, Borges y el doblaje: setenta años después. En Ética y Cine. La singularidad en situación. Vol. III. Sistema Multimedial en CDROM Cátedra Psicología, Ética y DDHH; Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

Concepto de Institución

Institución

Las instituciones son mecanismos de orden social y cooperación que gobiernan el comportamiento de un grupo de individuos mediante la elaboración e implantación de reglas.
Una de las principales instituciones es el Estado, que tiene sus orígenes en el Imperio Romano.
Las instituciones de mayor reconocimiento son: el matrimonio, la familia, la empresa, la escuela, el ejército, la Iglesia, entre otras.

Michael Foucault, en su libro Vigilar y Castigar: el nacimiento de la prisión, toma la propuesta de una cárcel de arquitectura panóptica, de Bentham, para explicar el funcionamiento de la tecnología de vigilancia y poder en las diferentes instituciones modernas.
“El efecto mayor del Panóptico es inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder; hacer que la vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su acción; que la perfección del poder tienda a volver inútil la actualidad de su ejercicio; que este aparato arquitectónico sea una máquina de crear y de sostener una relación de poder independiente de aquel que lo ejerce”.[1]
Este panoptismo, a nivel más simple y en el funcionamiento cotidiano de las instituciones, encuadra la vida y los cuerpos de los individuos. Así la persona pertenece a un grupo y el grupo se desenvuelve en las distintas instituciones que conforman la sociedad disciplinaria, como la prisión, la escuela, el hospital, la fábrica, el manicomio, etc. Tales instituciones son denominadas por el autor estructuras de vigilancia y todas tienen un fin común: el establecer los procedimientos para repartir a los indi­viduos, fijarlos y distribuirlos espacialmente, clasificarlos, obtener de ellos el máximo de tiempo y el máximo de fuerzas, educar su cuerpo, codificar su comportamiento continuo, mantenerlos en una visibilidad sin lagunas, formar en torno de ellos todo un aparato de observación, de registro y de notaciones, constituir sobre ellos un saber que se acumula y se centraliza.
El panóptico es polivalente en sus aplicaciones; sirve para enmendar a los preso; curar a los enfermos; instruir a los escolares; vigilar a los obreros; etc. Siempre que se trate de una multiplicidad de individuos a los que haya que imponer una tarea o una conducta, podrá ser utilizado el esquema panóptico. Es aplicable a todos los establecimientos donde, en los límites de un espacio, haya que mantener bajo vigilancia y con cierta disciplina a un número de personas. Por esto es aplicacable el los hospitales; los talleres, las escuelas, las prisiones, etc.
La “disciplina” no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato. Es un tipo de poder, una modalid para ejercerlo, implicando todo un conjunto de instrumentos, de técnicas, de procedimientos, de niveles de aplicación, de metas. Puede ser asumida ya sea por instituciones especializadas, por instituciones que la utilizan como instrumento esencial de su funcionamiento interno, por instituciones que tienen como fin establecer la disciplina en la sociedad.
Las disciplinas sustituyen el principio de la “violencia” por el principio de la “producción- provecho”. Se utilizan como técnicas que permiten ajustar la multiplicidad de los hombres y la multiplicación de los aparatos de producción, ya sea de saber en las escuelas, de salud en los hospitales, de orden en las cárceles, etc.

Cornelius Castoriadis en su obra Figuras de lo Pensable, se pregunta qué es lo que mantiene unida a la sociedad y la respuesta es que la une su institución -el conjunto de normas, valores, lenguaje, procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer cosas. Es la institución la que convierte a la materia prima humana en individuos sociales: todos somos fragmentos ambulantes de la institución de nuestra sociedad. Así, la autoinstitución de la sociedad es la creación de un mundo humano y la creación del individuo en quien está masivamente incorporada la institución de la sociedad.
El autor afirma que al preguntarnos por las instituciones nos preguntamos por ¿quienes somos?, ya que según él las instituciones nos forman y nos constituyen y fuera de ellas no podemos vivir. Por eso mismo sostiene que no podemos hacer una teoría de la institución mirando desde afuera, por que estamos dentro de ella. Para Él, la sociedad no puede existir sin la institución.

Sigmund Freud en Psicología de las masas y análisis del Yo, analizó las instituciones sociales como instituciones fundadas en procesos de idealización, de identificación en masa con el rasgo de lo que llamaba "el ideal del yo". Es decir, las instituciones se fundan necesariamente en la represión del deseo particular del sujeto y en lo que Freud llamaba "la satisfacción pulsional". No hay instituciones sin renuncia a una satisfacción pulsional. Este hecho tiene una traducción simple en el campo del análisis institucional, y es que lo instituido reprime por definición al deseo instituyente, casi diríamos que se podría tomar como regla de análisis de toda historia institucional.



Bibliografía:

CASTORIADIS, Cornelius, “Figuras de lo pensable”, Madrid, Cátedra, 1999
FREUD, Sigmund, “Psicología de las masas y análisis del Yo” (Sin datos)
FOUCAULT, Michael, “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión”, Siglo XXI Editores, Argentina, 1989.
Apuntes de clases de la Cátedra de Política dictada por el Profesor Gustavo Lambruschi (2007).

[1] Michael Foucault, “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión”, Pág. 203. Siglo XXI Editores. Argentina

Concepto de Ciudadanía

CIUDADANÍA


La ciudadanía es una categoría clave que media la relación sujeto- Estado. La ciudadanía es la reivindicación y reconocimiento de derechos y deberes de un sujeto frente a un poder.
Define a los sujetos frente al Estado nación y por el otro, protege a los sujetos frete a los poderes del Estado. Se trata pues de un complicado mecanismo (no estático) de derechos y obligaciones, que sirve en primer término para pautar las reglas del juego social, cuyo sentido es mantener el equilibrio entre la libertad y la seguridad.
Ser ciudadano es entonces pertenecer a una “clase” de cualidades y características que han sido establecidas, regularmente, desde el propio Estado.
El origen del ser ciudadano, principal actor político de la sociedad moderna, irrumpe como tal hacia fines del siglo XVIII, producto de transformaciones filosóficas, políticas y económicas producidas en Europa, tres diferentes aspectos contenidos, históricamente dados en la condición de ciudadanía: la civil, la política y la social.
* La ciudadanía civil, bajo la que quedan englobados o definidos todos los habitantes dentro del territorio del Estado-nación.
* La ciudadanía política que establece otras definiciones, al elevar a la condición ciudadana sólo a aquellos individuos que reúnen ciertas características: la edad, un “expediente” limpio, y en un principio, el género.
* La ciudadanía social, que aparece en la fase del Estado de bienestar y que, vinculada a la civil, otorga a todos los miembros del Estado nacional, un conjunto de beneficios sociales como la educación, la salud, la vivienda, etc.
Sin embargo sabemos que aunque esta definición en el papel es impecable y obedece a una lógica más o menos incluyente, por la vía de los hechos, ha generado terribles y dolorosas exclusiones e injusticias.
Porque si la dimensión civil asume como definición de ciudadanía a todos los miembros de un territorio nacional, las evidencias empíricas que señalan la extrema vulnerabilidad de ciertos grupos sociales frente a la nación; en términos históricos principalmente los indígenas y actualmente también los grupos homosexuales, las minorías religiosas, los jóvenes, las mujeres, entre otros. Así el derecho ciudadano por la vía territorial, es un criterio siempre en fuga que se vincula a la marginación y a la exclusión de grupos que no se consideran –desde la lógica dominante- merecedores de la definición ciudadana; situación que hoy se agudiza y se complejiza en virtud de la ola acelerada de migraciones planetarias.
Y en el plano de lo político, la situación no es mejor. Si esta dimensión se define especialmente por el derecho a la participación en los asuntos de interés colectivo (lo electoral es su piedra angular), resulta ampliamente documentable que en este nivel se agravan los procesos excluyentes de la dimensión civil, al excluir del ámbito de las decisiones y de las participaciones a los sectores vulnerables cuya capacidad de acción pública se ve reducida por la organización partidista y corporativa que no logra admitir la esfera de las diferencias culturales como un elemento sustantivo para la decisión y participación política. La cuestión de género, las adscripciones religiosas, las complejas pertenencias culturales, son por un lado invisibilizadas en la fase política de la ciudadanía y por el otro, son homogeneizadas por las maquinarias partidistas.
La ciudadanía social, es sin duda, la más golpeada de todas estas dimensiones. Las políticas económicas neoliberales aunadas al fortalecimiento de la lógica del mercado y al entreguismo han terminado por reducir al límite de lo tolerable, las políticas públicas destinadas a brindar, aunque sea mínimamente, el acceso a ciertas garantías sociales, fundamentales para sobrevivir a las condiciones que impone el libre comercio y el debilitamiento del Estado. La pobreza, las precarias condiciones de salud, la falta de escolaridad, el desempleo, la violencia y la inseguridad, pueden ser leídos como síntomas graves, del repliegue del Estado-nación que abandona a su suerte a los más vulnerables, que son los no-ciudadanos, los cuerpos prescindibles, la molestia permanente de cara al triunfo de un proyecto que sólo considera “ciudadanos” a los que pueden hacer frente al consumo y acatan dócilmente los mandatos de los “nuevos” poderes[1].

La ciudadanía en Argentina
En la mayor parte de los países de América Latina, y Argentina no fue excepción, la construcción de la ciudadanía fue (y es) un proceso que no solo se desarrollo de forma tardía respecto de los países centrales, fundamentalmente europeos, sino que en general, los distintos tipos de ciudadanía, civil, política y social, se presentaron diacrónicamente respecto el modelo antes planteado.
La construcción de la ciudadanía política es posible, luego de una larga lucha de los sectores populares, y lograda para estos con la concreción del sufragio universal, a nivel nacional a partir de 1916. Proceso este que fuera consolidado con la incorporación de la mujer recién en 1951.
Simultanea a la construcción de la ciudadanía política, la que fuera muchas veces interrumpida en su desarrollo por rupturas del orden institucional, fue desarrollándose en Argentina la ciudadanía social, desde mediados de la década del 20 y más decididamente a partir de que cobrase mayor importancia la intervención del Estado en la economía, después de la crisis mundial de 1929. Ambas dimensiones de la ciudadanía se desenvolvieron conjuntamente, alcanzando la segunda uno de los mas importantes desarrollos de toda América latina, encontrándose las clases trabajadoras argentinas en una situación similar a las de Europa occidental, para principios de la década de 1970[2].

Ciudadanía e Identidad
María Cristina Mata en su artículo “Comunicación, ciudadanía y poder: pistas para pensar su articulación” da cuenta que: “El ejercicio de la ciudadanía ha desbordado hace tiempo, en el marco de la teoría política, la estrecha esfera de la titularidad y ejercicio de los derechos civiles y políticos de carácter universal íntimamente relacionados con el sistema de gobierno y la estructura social y económica de un país" para complejizarse y expandirse, incorporando la problemática de la diversidad y la diferencia y sobrepasando los marcos de referencia estrechamente estatales. Así, reconociendo la lógica de la globalización, la noción de ciudadanía es el recurso necesario para re-pensar un modo de ser en el mundo ampliado; es decir, para pensar el intercambio y la vinculación simbólica de los individuos en un espacio vuelto común por las tecnologías de producción y distribución de información y productos mediáticos, así como por la desterritorialización de procesos productivos, los procesos migratorios y las interacciones mundiales en términos de negocio y entretenimiento. En esta esfera, la noción de ciudadanía se tematiza en vinculación con la problemática de las identidades y el multiculturalismo; en referencia a consumos y comunidades hermenéuticas; pero también a demandas y reivindicaciones que trascienden las fronteras. El Estado nación, fuente de reconocimiento y marco jurídico de pertenencia, garante de derechos cívicos, ya no es capaz de contener problemas que lo sobrepasan como lo expresan los movimientos ecológicos o de género ni resulta el proveedor sustantivo de imágenes colectivas.

Ciudadanía y comunicación
La ciudadanía comenzó a nombrar, en la última década del siglo pasado, un modo específico de aparición de los individuos en el espacio público, caracterizado por su capacidad de constituirse como sujetos de demanda y proposición en diversos ámbitos vinculados con su experiencia: desde la nacionalidad y el género hasta las categorías laborales, y las afinidades culturales. Asociada con esta remozada noción de ciudadanía, la comunicación ha adquirido, desde diversas perspectivas, un estatuto polivalente y de primer rango. La creciente exhibición en los medios masivos de comunicación de distintas prácticas tradicionalmente reconocidas como prácticas políticas suele ser tematizada como un enriquecimiento y ampliación del espacio público que contribuiría al fortalecimiento de la ciudadanía debido al incremento de las posibilidades informativas de la población, una creciente expresividad de lo social, una mayor posibilidad de ejercer la vigilancia y el control de los actos de gobierno y de otros sectores de poder. Los medios son, para algunos, el lugar de realización plena de esa comunidad inclusiva que nuestros países niegan, de esa ciudadanía meramente nominal o incompleta derivada de las profundas desigualdades económicas y sociales en que vivimos y que conculca no sólo los derechos ciudadanos sino que impide el cumplimiento de las obligaciones que esa condición conlleva y hasta la misma posibilidad de reconocer y reivindicar aquellos derechos. La comunicación se reconoce como fundante de la ciudadanía en tanto interacción que hace posible la colectivización de intereses, necesidades y propuestas. Ese reconocimiento de la comunicación como condición de posibilidad de la ciudadanía es, al tiempo, condición de posibilidad de la política”[3].



Ciudadanía y Globalización
Paralelamente al proceso de globalización económica que estamos viviendo, según Margarita Barretto, somos protagonistas de un proceso de globalización de la cultura y de las prácticas sociales con la consiguiente resignificación de conceptos y valores.
Los medios de comunicación, la posibilidad de traslados, la literatura, los deportes, todo contribuye para que cada vez el individuo esté más integrado en el mundo, y sienta que pertenece a una comunidad desterritorializada.
Esto tiene repercusiones en el sentimiento de identidad, que ya no se define tanto por nacionalidad sino más bien por la pertenencia a "tribus" que se constituyen independientemente de la proximidad física, en torno de intereses comunes, uno de ellos, el consumo.
La cultura joven es un claro ejemplo de esta cuestión, consumiendo o aspirando a consumir la misma ropa, la misma música y la misma comida en diversos lugares del mundo.

Qué significa hoy ser un ciudadano
Para una gran parte de las personas, ser ciudadano es tener derecho a poseer aquello que otros poseen. Hoy ser ciudadano no es apenas estar al amparo del estado en que el sujeto nació y tener dentro de él derechos políticos, civiles y sociales. La ciudadanía se refiere a las "prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia". Y lo que da sentido de pertenencia es la posibilidad de tener acceso a lo mismo que el grupo de referencia, tanto en materia de bienes cuanto de servicios.
Este mismo cosmopolitismo lleva a que el concepto de ciudadanía, que antes estaba referido a un derecho de participar de las decisiones en la esfera de la política, pase hoy por la esfera de lo civil, con un énfasis en los derechos del consumidor.
El hombre pos moderno se interesa poco por la política; quiere consumir los diversos bienes que están en el mundo y desea viajar para consumir la cultura de los diferentes países[4].


[1] REGUILLO, Rossana. La comunicación en la re/construcción de Ciudadanías políticas y culturales

[2] LÓPEZ de LEMOS, Liliana; MAGNIN, Juan Pablo. Ciudadanía, espacio público y morfología urbana. Una vista a los obstáculos en la construcción de la ciudadanía, en la Santa Fe actual.
[3] MATA, María Cristina. Comunicación, ciudadanía y poder: pistas para pensar su articulación

[4] http://www.naya.org.ar/articulos/global01.htm . Ciudadanía, Globalización y Migraciones


Autoras: María Delfina Belli
Corina Lentini Riso
María Cecilia Pereyra

concepto de Cultura

RAYMOND WILLIAMS: Cultura

*Postura del materialismo histórico: La cultura no es una esfera separada del resto de los aspectos sociales, sino que está en relación muy directa con la estructura económica.
Marx describió a la sociedad como un inmenso edificio integrado por dos niveles: uno básico y fundamental, la infraestructura, sobre el que se rige la Superestructura.

-Idea de Base: La infraestructura es la base material de la sociedad, el ámbito de la producción de bienes materiales, que hace posible la existencia de los individuos. Está conformada por la fuerza productivas y las relaciones de producción.

-Idea de Superestructura: Es la forma que adoptan la vida social, la organización política, jurídica y social, las instrumentaciones, la cultura, la ideología, el arte, entre otros ámbitos de la vida social.

*La postura de Williams: Williams realizó una investigación acerca de los diferentes significados que tuvo la palabra “cultura” a través del tiempo.
El uso de la palabra cultura fue variando a lo largo de los siglos:

-Una primera definición: Significaba inicialmente "cultivo de la tierra", y luego, por extensión metafóricamente, "cultivo de las especies Humanas". Alternaba con civilización, que también deriva del latín y se usaba como opuesto a salvajismo, barbarie o al menos rusticidad. Civilizado era el hombre educado.

-Romanticismo(S XVIII): Diferencia entre civilización y cultura. CIVILIZACIÓN se reservaba para nombrar el desarrollo económico y tecnológico, lo material; CULTURA para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las facultades intelectuales.


-Diferencia con la idea marxista: En oposición a la postura marxista (cultura determinada por las condiciones de producción), Williams afirmaba que la Cultura es un fenómenos fundamental para comprender las relaciones sociales de desigualdad.

Estas significaciones no son pensamientos o ideas abstractas, sino que se plasman en prácticas de la vida cotidiana y en objetos específicos.

La crítica fuerte de Marx al idealismo apuntaba precisamente a demostrar la falsedad de la separación de las "áreas" del pensamiento y la actividad, así como también se dirigía contra las categorías abstractas, basadas en la evacuación del contenido específico de lo real (lo material): las verdaderas actividades humanas.

El esquema de base y superestructura no haría sino repetir estos errores; una teoría marxista debe estudiar no la abstracta relación base / superestructura, sino las relaciones de "determinación" entre las prácticas reales en los verdaderos procesos específicos e indisociables.

Los Estudios Culturales se interesan por desentrañar el sentido que los protagonistas otorgan a sus acciones cotidianas: ir a bailar, ir a la cancha son actividades concretas que están cargadas de múltiples sentidos.




SIGMUND FREUD

La cultura es la causa de la pérdida de nuestra autenticidad, de nuestra libertad, de nuestra plena individualidad.

Somos lo que nos deja ser la cultura, cuya finalidad no es la felicidad de los individuos, sino la represión de nuestros anhelos más fuertes. Es el propio hombre el que ha forjado sus cadenas porque, por su propia condición, depende de los demás en mucho mayor grado que el resto de los seres; las necesidades biológicas de supervivencia y de conservación de la especie sólo se pueden cumplir en sociedad; el hombre no es bueno ni malo, el hombre es en sociedad y es inimaginable sin ella.
La cultura se trata de un proceso puesto al servicio del Eros, destinado a condensar en una unidad vasta, en la humanidad, a los individuos aislados, luego a las familias, las tribus, los pueblos y las naciones. Estas masas humanas han de ser vinculadas libidinalmente, pues ni la necesidad por sí sola ni las ventajas de la comunidad de trabajo bastarían para mantenerlas unidas. Pero el natural instinto humano de agresión, la hostilidad de uno contra todos y de todos contra uno, se opone a este designio de la cultura. El sentido de la evolución cultural ya no nos resultará impenetrable; por fuerza debe presentarnos la lucha entre Eros y muerte, instinto de vida e instinto de destrucción, tal como se lleva a cabo en la especie humana. La cultura domina la inclinación agresiva del individuo debilitando a éste, desarmándolo y haciéndolo vigilar por una instancia alojada en su interior.

-La finalidad de la cultura: La cultura se trata de un proceso puesto al servicio del Eros (AMOR), destinado a condensar en una unidad vasta, en la humanidad, a los individuos aislados, luego a las familias, las tribus, los pueblos y las naciones.

Estas masas humanas han de ser vinculadas libidinalmente, pues ni la necesidad por sí sola ni las ventajas de la comunidad de trabajo bastarían para mantenerlas unidas. Pero el natural instinto humano de agresión, la hostilidad de uno contra todos y de todos contra uno, se opone a este designio de la cultura.

El sentido de la evolución cultural ya no nos resultará impenetrable; por fuerza debe presentarnos la lucha entre Eros y muerte, instinto de vida e instinto de destrucción, tal como se lleva a cabo en la especie humana.
La cultura domina la inclinación agresiva del individuo debilitando a éste, desarmándolo y haciéndolo vigilar por una instancia alojada en su interior.




J.M. BARBERO

Para la antropología cultura es todo, de manera que cuando un antropólogo llega a una etnia, a una tribu "primitiva" que cultura es tanto la forma del hacha como el mito, la maloca -su hábitat- como las relaciones de parentesco, tan cultura es el repertorio de las plantas medicinales. Para el antropólogo, pues, cultura es todo. Para el sociólogo, al revés, cultura es sólo un determinado tipo de actividades, de prácticas, de objetos, de productos casi todos pertenecientes al canon de las artes y de las letras.

La sociología sigue pensando así la cultura, incluso cuando se es un sociólogo tan de izquierdas como Pierre Bourdieu. La cultura para Bourdieu sigue siendo la música, la pintura, el teatro, la danza, la arquitectura, etc. Esta separación constitutiva de los saberes en la modernidad, esta dicotomia en los modos de pensar la cultura desde la antropología y la sociología está sufriendo actualmente un emborronamiento muy fuerte a partir de un doble movimiento: por una parte está el movimiento de especialización cultural.


Hasta hace poco creíamos saber con certeza de qué estabamos hablando cuando nombrábamos dicotómicamente lo tradicional y lo moderno, pues mientras la antropología tenia a su cargo las culturas primitivas, la sociología se encargaba de las modernas. Lo que implicó dos opuestas ideas de cultura: para los antropólogos cultura es todo, pues en el magma primordial que habitan los primitivos tan cultura es el hacha como el mito, la maloca como las relaciones de parentesco, el repertorio de las plantas medicinales o el de las danzas rituales; para los sociólogos cultura es sólo un especial tipo de actividades y de objetos, de productos y prácticas, casi todos pertenecientes al canon de las artes y las letras.

Pero en la tardo-modernidad que ahora habitamos, la separación que instauraba aquella doble idea de cultura se ve emborronada, de una parte por el movimiento creciente de especialización de lo cultural, ahora organizado en un sistema de industrias productoras de bienes simbólicos dirigidos a sus públicos consumidores (J.J.Bruner), que es lo que hace la escuela con sus alumnos, la iglesia con sus fieles, la prensa con sus lectores o la televisión con sus audiencias. Y de otra parte, la cultura vive un movimiento radicalmente opuesto, un movimiento de antropologización mediante el cual la vida social toda deviene, se convierte en, cultura.

El Estado/nación se forja sobre una radical ruptura con las anteriores formas de organización política, económica, y cultural, un quiebre en línea de continuidad entre la tradicional comunidad orgánica de las culturas locales y la moderna sociedad nacional Ahora lo global rompe también con lo internacional introduciendo no una nueva forma de agregración de las naciones/estado sino un tipo de nexo históricosocial: “el globo ha dejado de ser una figura astronómica para adquirir plénamente significación histórica” (O.Ianni). Ello significa que el mundo se ha constituido en nueva realidad a pensar, en la nueva categoría central de las ciencias sociales. Y ese cambio nos está exigiendo pensar la mundialización cultural en su especificidad, esto es, no como la formación de una cultura global que emergería por encima de las culturas diversas sino como la trans-formación de las condiciones de existencia y operación de las culturas nacionales y locales. Es desde dentro que cada cultura se mundializa hoy. Y ello tanto si esa mundilización resulta en la apropiación de prácticas o expresiones de otras culturas reelaborándolas y enriqueciéndose, o en el empobrecimiento de lo propio y hasta en su disolución como cultura.

La actual reconfiguración de las culturas tradicionales -indígenas, campesinas, negras- responde no sólo a la evolución de los dispositivos de dominación que entraña la globalización, sino también a un efecto derivado de ésta: la intensificación de la comunicación. Desde dentro de las comunidades esos procesos de comunicación son percibidos a la vez como otra forma de amenaza a la supervivencia de sus culturas –la larga y densa experiencia de las trampas a través de las cuales han sido dominadas carga de recelo cualquier exposición al otro- pero al mismo tiempo la comunicación es vivida como una posibilidad de romper la exclusión, como experiencia de interacción que si comporta riesgos también abre nuevas figuras de futuro.

 


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